La Violencia hacia la población LGTBI+… Una triple violencia.
Violencia en el marco del conflicto armado
Grandes historias como población con orientaciones sexuales e identidades de género diversas, hemos sufrido todo tipo de violencias. En el conflicto armado sufrimos secuestros, extorsiones y asesinatos por ser población diversa, incluida la limpieza social proveniente tanto de actores armados como de otros grupos.
Según los datos del Registro Único de Víctimas, en el departamento del Meta hay 160 víctimas reconocidas como población LGTBI+, por la ocurrencia de hechos como desplazamiento forzado, homicidio, amenaza, delitos contra la libertad y la integridad sexual, tortura, desaparición forzada, entre otros. Sin embargo, hay un subregistro de los hechos, porque muchas de las víctimas LGBTI+ no se atreven a denunciar por falta de garantías o por el temor de que su orientación sexual o identidad de género sea descubierta o porque los registros no se incluyen las variables de sexo (incluyendo intersexual), orientación sexual e identidad de género.
Violencia cultural
Culturalmente, seguimos siendo víctimas de discriminación, estereotipos y rechazo, pues muchos aún consideran que somos malos. A nivel interno, nuestro movimiento tiene fracturas que han profundizado la percepción que se tiene de no poder trabajar con nosotr@s porque somos problematic@s. De igual forma, podemos ver que el discurso religioso ha sido particularmente difícil de manejar, pues al ser considerados pecadores e inmorales se profundiza el rechazo y la falta de comprensión de quienes somos. Entre nosotros mismos hay endofobia, pues no hemos logrado separarnos de los estereotipos que nos ha impuesto la heteronormatividad.
Violencia estructural
Estructuralmente, sufrimos grandes dificultades para el acceso a los servicios del estado como salud, educación, vivienda digna y, particularmente, trabajo. Una de las realidades que vivimos es la falta de asistencia y pertinencia de la institucionalidad. Cuando tenemos nuestros encuentros sobre diferentes temas y queremos que oigan y atiendan nuestras necesidades, ellos no lo hacen, ni siquiera se excusan por no asistir a nuestras reuniones y espacios. Sabemos que tenemos que continuar trabajando en organizarnos mejor para lograr interlocución con la institucionalidad; sin embargo, también reclamamos la importancia de coordinar con nosotros para lograr una caracterización en tiempo real y comprensiva de la población en el departamento que permita una buena implementación de la política pública y un acercamiento que garantice que los recursos públicos destinados a la población se usen en satisfacer nuestras necesidades reales, las de todos.